La felicidad llega cuando debe hacerlo, aún recuerdo la gran euforia que sintió mi corazón tantas veces, como la de años atrás cuando llegaba papá, las películas, los caramelos o la ropa eran también los principales causantes de tal euforia que sumados a la llegada de mi héroe, hacían que yo me sienta feliz; también evoco las ocasiones en que compraba una sorpresa en la tienda de Naty, (la que vivía por la escuela), la finalidad era regalar la sorpresa a mi tan bonachona Ma’maría,, esa sonrisa en su cara por la acrecentada colección de sorpresas me daba felicidad; y las tan anuales muestras de los diplomas que año tras año a VicMa solíamos entregar, qué orgulloso se sentía y nosotros presumidos tales solíamos a él divulgar, o las veces en que nuestros tíos nos demostraban querernos tanto, aún me he preguntado por qué, si por más cercanos, por mayores, por mamá, no sé, pero parecían mis papás….extrañamente son sensaciones que no se igualan, aparentemente nunca más volveré a sentirme así, voy juntando granitos de aquellos momentos para coleccionarlos y hacer un todo, sé que no duraban mucho, eran momentáneos, pero, lindo sentirlo, miro a mi alrededor y me pregunto por qué no puedo sentirme como los demás y por qué soy tan susceptible ante todo, todo me emociona y, extrañamente me introduzco cada vez más en la nostalgia, preguntándome por qué no sentí igual en mi primer beso, por qué no fue tan mágico como la experiencia que la mayoría suele pregonar, en fin todo es raro ¿verdad?... Jaja hasta yo.
Sentada en la cama, los suspiros lloviendo a mil, una foto en mi mano que revolvió todo mi ser; él, malditas lagrimas, me visitaron otra vez… ¿porqué no puedo controlar esto?... Ocultar la cabeza como la avestruz, eso quiero hacer, llovieron los recuerdos me golpearon los momentos, resuenan mis risas y las de él, me estremezco porque pareciera tenerlo aquí… ¿Cómo llegó aquí, quién trajo la foto?.. Me quiero morir... como un papel estoy otra vez… tanto trabajo que me ha costado caminar otra vez, ...sin él.
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