DIARIO: EL SEÑOR OSO

No supe cómo llegue a dormir con el señor oso, estaba en el baño lavándome la cara, quitándome la pintura, consecuencia de la botella borracha, de pronto mi droga, entra, forcejeamos con besos y dentro del baño ubicados debajo de la ducha, a bañarse se dijo, con ropa y todo no importó el frío, qué baño, ella, celosa y aún no sé porque quería tirar la puerta, yo no podía abrirla, y eso hacía mayor su coraje, la puerta estaba con seguro, culpable, ¡mi droga!, mi amiga, mi prima, su primo, todos afuera gritando salgan, como si estuviéramos pecando, bueno besarse no era pecado además, desde la vez que estuvimos como salidos de la cascada, no lo había tenido así de cerca, debajo de grandes gotas sobre nosotros, pero bueno ya lo había probado en el primer paso, y con sus besos, se convirtió en mi droga, tenía ese no sé qué, que me había vuelto dependiente a tenerlo conmigo, salimos de la ducha y ya no había nadie que reclamara, nos sentamos en la piscina, mirándole a los ojos, esta vez mis ojos lloraban reprochando por qué no me dijo nada nunca, porque en la clase 201, en la locademia, por teléfono, no lo dijo, por qué esperar a que todo pasara, le hice saber que su carta no había llegado tarde pero que era lo tan esperado que era difícil creerla , en fin todo concluyó con la melodía de una canción de amor, en un día poco común, en una fecha memorable… la fecha, porque de ahí a lo que pasó no lo recuerdo, eso sí fue olvidable, resulte durmiendo con el señor oso, en esa época todos eran señores, la Sra. refrigeradora, la Sra. piscina, la Sra. cocina, y pos también el señor oso, que por cierto lo tengo conmigo… mi amiga me dijo que tuvieron que cambiarme por la huella de esta cascada, yo no recuerdo mucho, y mi droga se fue con su primo… gracias… fue un gran día, y ¿ella?, molesta, yo no sé, pero si me apenaba su actitud… si la conoces… pregúntaselo tu…